miércoles, 4 de febrero de 2015

Iglesia de San Fransisco

Es un convento que se encuentra en el medio del centro histórico de quito frente a la plaza del mismo nombre, su imponente estructura la lleva a ser el conjunto arquitectónico de mayores dimensiones en toda América latina además de ser una joya arquitectónica por su amalgama de estilos logrados por sus mas de 150 años de construcción


Tiene mas de 3 hectáreas de terreno dividida en :

capilla de cantuña

  1. la plaza, que era un espacio urbano donde se conectaban por medio de actividades los religiosos y los civiles;
  2. el atrio, sin dejar de complr funciones urbanas tuvo carácter mas sagrado;
  3. la iglesia y capillas, eran lugares propiamente sagrados entre los cuales podemos encontrar:
  • Capilla de Villacís
  • Capilla del Pilar de Zaragoza
  • Capilla de Cantuña


Además de su hermosa arquitectura y contener mas de 3500 obras de arte entre pinturas y esculturas  en ella han nacido varias leyendas como:
  • el dedo misterioso:En el convento de San Francisco había dos aspirantes a sacerdotes, Leonidas y Antonio, quienes acostumbraban a siempre bromear sobre sus superiores. Una noche caminaban por el patio principal del convento y una persona tocó la campana de la portería, Antonio fue a ver quién era y se llevó una sorpresa, pues una anciana muy fea, que tenía tapado su rostro con un velo y sobresalía su nariz y barbas, preguntó por el padre Anselmo; el joven regresó muy contrariado y le dijo a su amigo que no atendería a esa anciana, cuya nariz era parecida a la de sus superiores. Al cabo de cinco minutos, un dedo se le apareció cerca de la nariz a Antonio. Con el correr del tiempo, Antonio cayó en una profunda depresión pues el dedo le seguía haciendo señas de que le siga. El seminarista le confesó esta visión a su superior, quien le mandó como penitencia participar de una novena para pedirle a Dios una visión. Luego de los nueve días, el dedo le seguía haciendo señas, el superior le dijo que podría tratarse de una visión de Dios y le aconsejó seguirlo. Antonio comenzó a seguir al dedo, mientras sus amigos y superiores iban tras él; al pasar por un arco, el estudiante se detuvo y giró a la izquierda, hacia donde existe una puerta de piedra que da a la Capilla de Villacís. Dice la leyenda que la puerta se abrió y ordenó a Antonio entrar, sus amigos y superiores también quisieron entrar, pero la puerta se cerró y nunca más se supo qué pasó con el seminarista.

  • el atrio de cantuña:  
     
     
     
    El indígena Cantuña corría el riesgo de ir a la cárcel porque aún no había terminado la obra que le había sido asignada y por la cual le habían pagado por adelantado: el imponente atrio de la iglesia de San Francisco; y pronto expiraría el plazo en el que debía entregarla. Una noche, se le apareció el diablo y le ofreció terminarla en una sola jornada a cambio de su alma. El apremiado Cantuña aceptó la propuesta y a la noche siguiente, miles de afanosos diablillos trabajaron intensamente y al alba la tenían lista. Pero antes de recibirla, el astuto indígena retiró una piedra y la obra, en la práctica, quedó inconclusa. Este detalle le salvó de los horrores eternos del infierno. Aquella leyenda, contada una y mil veces a lo largo del tiempo y en todos los estratos sociales del país, demuestra en plenitud el valor arquitectónico, artístico y religioso que tiene el templo de San Francisco, arraigado desde hace centurias en la cultura popular.
 

 
 
 
 

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